Camila se puso la chaqueta y miró,
a través de la ventana, a Daniel que paseaba por el jardín esperando que ella
terminara de arreglarse. Parada frente al espejo, se recogió el cabello y se
anudó un pañuelo rosa alrededor del cuello. Tomó el teléfono móvil y caminó
hasta la puerta que daba al jardín.
Cuando creyó escuchar sus pasos, Daniel
se giró y observó la puerta entornada, pero no había nadie allí, otra vez se
había dejado engañar por la ilusión. Recordó con dolorosa nostalgia los tiempos
en los que veía a Camila cruzar esa puerta lista para salir con él. Casi
siempre usaba un pañuelo rosa, incluso cuando hacían viajes largos. Volvió a su
caminata sin rumbo, a dar vueltas aplastando el césped del jardín como hacía en
aquellos días mientras esperaba que Camila se alistara.
Camila, antes de salir, repasó su
maquillaje y buscó su cartera. ¿Qué más
falta? Se volvió y apoyó las manos sobre la mesa mientras repasaba
mentalmente las cosas que debía llevar en su cartera. Entonces vio de reojo la
ventana, allá afuera Daniel seguía dibujando sus infinitos círculos sobre el
jardín pobrecito, cuánta paciencia tiene.
Se quedó unos segundo allí quieta, sólo para verlo caminar.
Daniel miró su reloj. Pero sólo lo
hacía por hábito, en realidad ya no le importaba la hora. Sacó un cigarrillo
del bolsillo y lo encendió (a Camila no le gustaba que fumara). Tras despedir
el humo se dio cuenta de que estaba anocheciendo. Cuando Camila estaba viva
solía tardarse mucho arreglándose. Sin querer miró hacia la ventana y le
pareció verla allí, apoyada sobre la mesa, observándolo desde el otro lado,
simplemente observándolo.
Camila se colgó la cartera en el
hombro y caminó nuevamente hasta la puerta. Se sorprendió al darse cuenta que ya
estaba anocheciendo cuando paso junto al espejo y no pudo ver su reflejo. Se
paró en el umbral de la puerta que daba al jardín y desde allí aspiró con
placer el aire fresco de la noche de verano.
Daniel arrojó molesto el cigarrillo
al suelo. Su dolor comenzaba a transformarse en furia. Escondió las manos en
los bolsillos para protegerlas del frío que comenzaba a intensificarse. Allí
encontró las llaves de su auto y decidió salir. Enfiló hacia la calle decidido,
no le importaba si al mirar hacia la puerta aparecía la ilusión de Camila otra
vez. Subió al automóvil y encendió el motor.
Camila salió al jardín, pero Daniel
no estaba. Lo buscó con la vista y lo encontró en el interior del automóvil. Le
dedicó una sonrisa y le hizo señas con la mano aunque no estaba segura de que Daniel
la hubiera visto. Atravesó al jardín y se acercó al vehículo. Abrió la puerta
del acompañante que estaba sin traba y subió rápidamente. Se sentó y entonces miró
hacia donde debería estar Daniel pero no lo encontró.
Me chiflan las historias de fantasmas. Yo también escribí una http://vanalaire.blogspot.com/2011/05/sensacion.html Por si te interesa.
ResponderEliminarRelatas con gran elegancia.
Besos desde el aire
Es como mágico, me cautivó.
ResponderEliminarsaludos
Me gustan estos relatos cuando los muertos no aceptan que lo están y donde quiera que vagan sus almas hacen muertos a los demás.
ResponderEliminarInteresante.
La palabra se desliza suavemente arrastrando a su paso al lector que la sigue y, a través de ella, observa la habitación, a Camila, al jardín y a Daniel. La puerta entreabierta, la humildad del pasto, el humo del cigarrillo y el plano doble en la que las entidades deambulan.
ResponderEliminar¡Mil felicitaciones!
Un abrazo.
Excelente relato. Nos vas conduciendo hacia ambos escenarios con delicadeza e inteligencia para ofrecernos un final sorprendente. ¡Bravooooooooo, Emanuel! Un beso grande !!!
ResponderEliminarMe ha gustado el relato....nos llevas del cuerpo de un personaje al del otro constantemente, y me gusta esa sensación....sentir lo que sienten ambos....estar en el lugar de ambos.....
ResponderEliminarDos almas que caminan por el limbo.
ResponderEliminarUn relato suave que te hace estar y sentir en el mismo lugar de los personajes.
Gracias, me has hecho disfrutar mucho.
Buen finde.
Un saludo.
Vengo ahora de leer "la puerta" del 24 de junio y compruebo que te va la otra realidad "la muerte" ese mundo desconocido que queremos pensar no existe....""con o sin vida"" pero con el que muchos, entre ellas me incliyo, nos gusta divagar y creer que la vida de algunos no acaba, que ha dejado algo pendiente,algo que espera resolver antes de marcharse definitivamente.
ResponderEliminarMe encantó este relato, se me hizo muy fácil de leer por la forma simple, pero elegante que tenes de relatar y además se puede sentir las emociones de los personajes y eso se valora mucho.
ResponderEliminarYa te dije antes que los finales que escribís son lo que más me gusta, siempre son muy frescos y sorpresivos.
Feliz fin de semana, nos leemos ^^
Una puerta y un jardín separando mundos, la añoranza atemporal casi araña..
ResponderEliminarSabes deleitar al lector con imágenes que le acercan a una cotidianidad reconocible pero a la vez sacudida por el peso de la intuición, el suspense. Esa sensación latente de que algo va a ocurrir..como si en esa escena tan sencilla y cercana habitara un tiempo sostenido, el fantasma de una irrealidad. He podido ver a Daniel con su cigarrillo dibujando círculos nerviosos en el jardín y a Camila repasando su maquillaje, su cabello..¡incluso la he visualizado bellísima!
Y de pronto el final..¡zasss!, todo un golpe maestro.
Touché, Emanuel..me ha encantado! :)
Un fuerte abrazo
Excelente e interesante tu relato,simple y atrapante a la vez.
ResponderEliminarHe venido a acompañarte,porque siempre es bueno sentirse abrazado por aquellos que nos siguen en la distancia. Te felicito, y además, felicito a tu maestro Julio, por tener alumnos de excelencia como vos.
Un abrazo,Elsa. Desde Córdoba,Argentina.
Muy bueno Emanuel!!!!
ResponderEliminarBravo!!!!
Bien logrado, bien relatado.
Abrazo hermano, abrazo bien salteño.
Muy bueno, me ha gustado mucho, enganchas al lector con tus letras.
ResponderEliminarGracias por tu comentario.
Saludos
Hola Emanuel. Paso a saludarte. Estoy ahora en el sur de Argentina. Mi conexión no es buena, espero regresar pronto y leer con más tranquilidad.
ResponderEliminarUn saludote enorme.
Buen final.
ResponderEliminarUm linda historia encontrei no seu blog estou aqui através de amigos incomum.
ResponderEliminarTe desejo um excelente final de semana deixando meu carinhoso convite para conhecer e seguir meu blog.Desejo um feliz final de semana beijos no coração,Evanir.
Muy buen relato con imágenes impecables y una trama atrapante. Brillante trabajo. Un abrazo.
ResponderEliminarMe encantó!!!!!Precioso relato en el que se llega a confundir la realidad con lo irreal. Me encantó!!!Enhorabuena.Besosss
ResponderEliminarEmanuel, vi tu comentario en mi espacio, y te doy las gracias, pero destaco lo que allí te contesté: El escrito último es algo "sin corregir", y me alegro que te vayas conforme, pues no lo revisé como corresponde.
ResponderEliminarTus trabajos son geniales hermano. Nos vemos algún día.
Abrazo